Este mes de agosto en este muy especial año 2012, se despide con un fenómeno astronómico denominado " luna azul". Se trata de una segunda luna llena en un mismo mes, en este caso en el mes número 8. Ella no quiso estar ausente iluminando la noche de la partida de Neil Armstrong, el primer hombre en caminar sobre nuestro satélite, cuyo funeral será precisamente este viernes 31.
Esta luna azul 2012 se encontrará en el signo de Piscis y esto hace que nos conecte a nivel individual con los
sentimientos, con las emociones más profundas de la psiquis, donde afloran
además los vínculos con nuestro entorno.
Esto trae una doble lectura, por un lado, sentimos la necesidad de estar en
pareja, de tener un respaldo, alguien que nos acompañe y cobije. Por otro
lado, surjen los sentimientos de soledad, rabia y desesperación, una extraña
mezcla de querer tener el control sobre uno mismo vs otra persona. Se podría
decir que vibrando en forma negativa afloran los demonios internos y nos dejamos
llevar por un sentimiento de mucha soledad y abandono.
Esta sensitiva luna a nivel colectivo, despierta la empatía y nos sentimos
más unidos por una causa común. Emerge el
sentimiento quijotesco y la esperanza de
la posibilidad cercana de que el mundo mejorará, no sin antes, elevar la
voz de la conciencia.
Recordemos que el Sol brilla en los primeros grados del signo Virgo, lo que
según cálculos astro-númericos, nos impulsará en forma individual a sanarnos de nuestras heridas, no sin antes “destapar”,
lo que no deja avanzar.
A nivel planetario, conforme a las tendencias 2012, (es decir un año 5) nos
traerán movimientos de tierra y agua, de poca y mediana intensidad, que harán aparición en la primera semana
del mes 9, estas tendencias señalan en la zona norte de Sudamérica.
Los buenos pensamientos son un excelente escudo a las malas influencias así como la fe y el valor y no dejarse abatir por el miedo y la duda.
Siempre, en todo momento pero muy en especial, cuando las fuerzas se
encuentran mermadas, recurrir a la voluntad superior y elevar una plegaria con
todo el corazón para que la verdad y la bondad primen sobre todas las cosas.
Encender una vela blanca con un propósito positivo y en la noche de luna
azul, unificar esta fuerza.