Divino preciado tesoro que se encuentra en tu corazón
y que se manifiesta en tu vientre.
Divino el don que se te concedió de poder crear y amar sin condición.
Ese algo que sólo se siente
como el verdadero regalo de Dios.
Bendita es la Naturaleza , nuestra Madre, aquella que con su carácter femenino enarbola los atributos de generosidad, ternura y comprensividad.
La Tierra, quien nos acoge, comparte de sus maravillas para que la sembremos , obtengamos frutos y finalmente, gocemos de ellos.
Nuestra madre, nuestro primer regazo y nuestro arrullo; a su lado, nos sentimos comprendidos, cobijados, amados.
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